Imagen de Pérez Comendador |
Una de las figuras más gloriosas de la Iglesia Católica, es
patrón de Extremadura.
Nació en Alcántara (Cáceres), el año 1499, de padres nobles,
cursa estudios de Derecho en la famosa Universidad de Salamanca, y toma el hábito
franciscano, a la edad de 16 años, en el convento de San Francisco de los
Majarretes, cerca de Valencia de Alcántara (Cáceres).
Predicador infatigable por tierras de España y Portugal,
dirigió espiritualmente al Rey portugués D. Juan III, El Piadoso, y familia, y
fue solicitado como confesor por el Emperador Carlos V, en Yuste.
A el se debe la Reforma de los Descalzos en la Orden
Franciscana, acometida en el conventito del Palancar, y también el más decisivo
apoyo a la reforma Carmelitana de Anta Teresa de Jesús, que le tuvo por
consejero espiritual.
Es asombro, para el mundo, por el rigor de sus extremas
penitencias y nos ha legado su Tratado de Oración y Meditación.
Muerto en Arenas de San Pedro (Ävila9, en 1562, se apareció
a santa Teresa y le dijo “¡Bendita penitencia que tanta gloria me ha
merecido!”. Y la misma santa nos asegura “Díjome una vez el Señor que no le
pedirían cosa en su nombre que no la oyese”.
Fue beatificado por Gregorio XV en 1622, y
canonizado en 1669 por Clemente IX. Patrón de la diócesis de Coria-Cáceres
en 1675.
Su fiesta se celebra el día 19 de octubre.
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